Obsesión

La obsesión es una arma de doble filo. Siempre me enseñaron que no es bueno obsesionarse con nadie ni con nada, para evitar sufrir. Así he hecho toda mi vida, pero de un tiempo aquí he querido cambiar ese radicalismo que, para ciertos aspectos de la vida, no es correcto.

Me he dado cuenta que para darle vida a cualquier proyecto es NECESARIO obsesionarse. Cuanto más me he obsesionado mejor me ha ido y más constante he podido ser, con más ganas he arrancado el día, gracias a tener esa obsesión por un objetivo.

Ya ves… obsesionarse es bueno para algunas cosas, siempre y cuando sepas distinguir dónde están los límites, claro… Obsesión sana y respetuosa para mi y los demás.

 

Un abrazo